Foto: Daniela Hernández
Por Marcela Gomez
La ONU proclamó el 2019 como el Año Internacional de Lenguas Indígenas. La intención de la declaratoria es llamar la atención sobre la pérdida, para provocar interés en la necesidad de conservarlas, revitalizarlas y fomentarlas a nivel nacional e internacional. Si bien la consigna de la ONU tiene que ver con la preservación de las lenguas originarias, académicos del CUCSH, UdeG, aseguraron que la falta de traductores representa un obstáculo para esta meta.
La urgencia del rescate y conservación de lenguas indígenas tiene su fundamento en estimaciones de la ONU; más de la mitad de las lenguas del mundo se habrán extinguido para el año 2100. Según otros cálculos, hasta el 95 % de las lenguas que hay en el mundo podrían haberse extinguido o verse gravemente amenazadas a finales de este siglo. La mayoría de las lenguas amenazadas son lenguas indígenas. Se estima que una lengua indígena muere cada dos semanas. En México se hablan, además del español, 68 idiomas.
Una de las herramientas para conservar y transmitir las lenguas indígenas es la traducción. No obstante es una tarea que escasea por su complejidad y porque no existe una tradición de traductores en lenguas indígenas. “Si enseñas a alguien a escribir su propia lengua no se va a arriesgar a traducir cualquier obra (literaria o de comunicación), incluso le va a costar muchísimo porque no tienen las metodologías y conocimientos”, indicó el investigador del CUCSH y Coordinador del Premio de Literaturas Indígenas de América, maestro Gabriel Pacheco Salvador.
La traducción es un derecho establecido en el artículo 13 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, donde el documento dispone que los Estados adoptaran medidas eficaces para proteger este derecho, incluida la oferta de servicios de interpretación en procedimientos políticos, legales y administrativos. Los artículos 14 y 16 establecen que los pueblos indígenas tienen derecho a establecer sus sistemas educativos y medios de información en sus propias lenguas. Esto significa que la falta de traductores implica que se les niega su derecho a revitalizar, utilizar, fomentar y transmitir a las generaciones futuras sus lenguas, tradiciones orales, sistemas de escritura y literaturas. Por su parte, el académico destacó que dichas traducciones son también herramientas pedagógicas en acciones de fortalecimiento lingüístico.
Una de las grandes dificultades para la formación de traductores de lenguas indígenas es que al contrario de otras lenguas como el español, inglés o francés, las lenguas originarias no poseen una metodología tan robusta y consolidada, mencionó Pacheco Salvador. La habilidad de traducir es una especialización, que de no fomentarse, atenta contra los derechos de las personas indígenas.
En México existen algunas traducciones, gracias al Instituto Nacional de Lenguas Indígena (Inali), pero esa labor es insuficiente puesto que no se replica en los Estados. “Una institución nacional no alcanza a permear en todas las entidades, que es donde hay mucho por hacer, ya que ahí están los hablantes”, subrayó Pacheco Salvador.
El Jefe del Departamento de Lenguas Indígenas, doctor José Luis Iturrioz Leza, señaló que las instituciones cada vez más demandan servicios de traducción en lenguas indígenas, de ahí que desde su puesto organiza talleres de traducción con personas de ocho comunidades distintas, entre ellos mixes, zapotecos, wixárikas y otros.
“Para 2019 queremos hacer una publicación con ocho traducciones a distintas lenguas de cuentos de Juan Rulfo. Los talleres los realizamos en una casa del Centro de Zapopan y actualmente tenemos conversaciones con el Inali para que nos apoyen”, detalló.
Diversidad lingüística en México
En México existe gran diversidad lingüística, existen 72 lenguas en total. 25 millones 694 mil 928 de la población se reconoce como persona indígena. El 6.5% de la población de 5 años y más habla alguna lengua indígena. De acuerdo con INEGI, las lenguas más habladas son Náhuatl, Maya y Tseltal. A nivel nacional, tan solo 7 de cada 100 habitantes de 3 años y más hablan alguna lengua indígena.
Pacheco Salvador recordó que una lengua está en peligro de desaparición cuando la hablan menos de 100 personas. “En México tenemos varias que se hablan por menos de 40 mil, 80 mil y 10 mil personas. En Jalisco, por ejemplo, la lengua wixárika la hablamos menos de 60 mil. Y otras lenguas como las del Norte de México se hablan por menos de 100 mil”.
Una de las actividades relacionadas con la conservación de las lenguas indígenas que llama la atención es la de la Fonoteca Nacional, que en su archivo histórico tiene un apartado de “sonidos en peligro de extinción”, que incluye la categoría de Lenguas Indígenas, en la que aparecen, entre otras, el Cucapá, Zapoteco, Popolaca y el Mixteco que habla Yalitza Aparcio, protagonista de la película Roma.
Lenguas indígenas y Derechos Humanos
La relevancia de que existan traductores de lenguas indígenas en México tiene su fundamento en declaratorias de Derechos Humanos y de los Pueblos Indígenas, mismas a los que México está comprometido.
En el artículo 13 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas establece la importancia de la traducción como herramienta para garantizar el derecho a utilizar, fomentar y transmitir su lengua.
El mismo documento, en su Artículo 8 1. Destaca que Los pueblos y los individuos indígenas tienen derecho a no ser sometidos a una asimilación forzada ni a la destrucción de su cultura. Ese derecho es también reconocido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
La presencia de intérpretes en los juicios penales a personas indígenas es clave para el acceso a la justicia. El artículo 2, apartado A, fracción VIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reconoce como derecho de las personas indígenas, el acceso pleno a la jurisdicción del Estado, en todos los juicios y procedimientos en que sean parte, individual y colectivamente. Por ello, se deberán considerar el derecho de ser asistidos por intérpretes y personas que tengan conocimiento de su lengua y cultura. No obstante, la CNDH, organismo que se jacta de promover y proteger los mencionados derechos, no ofrece información para verificar si los juicios fueron llevados a cabo con intérprete.
De acuerdo con la información proporcionada por el Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social de la Comisión Nacional de Seguridad de la Secretaría de Gobernación, hasta octubre de 2017, la población indígena interna en los centros penitenciarios del país era de 7,340 personas. De ésta 6,880 pertenecen al fuero común y 460 al fuero federal, asimismo 244 son mujeres y 7,096 hombres.
En su Análisis Situacional de los Derechos Humanos de las Personas Indígenas en Reclusión, la CNDH observó como problemáticas las siguientes situaciones que tienen en relación al derecho a la lengua: 1.- La falta de apoyo inmediato de intérpretes y/o traductores en su lengua, durante el procedimiento penal que se les instruye.
y 2.- La carencia de personas defensoras públicas que hablen su lengua; así como que conozcan sus costumbres y especificidades culturales.
Los derechos lingüísticos de los pueblos indígenas también están garantizados por el Convenio sobre pueblos indígenas y tribales (n.º 169) de la Organización Internacional del Trabajo. Otros instrumentos internacionales importantes son el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la Convención sobre los Derechos del Niño, entre otros.
La falta de traductores no es la única amenaza contra la preservación de las lenguas originarias, sino que es resultado de otras violaciones a los derechos humanos. Si las lenguas están en peligro de extinción es porque sus hablantes lo están, producto de políticas de despojo de las tierras, de medidas discriminatorias en ámbitos de la salud, educación y acceso a la justicia. La ONU llama la atención sobre la pérdida de las lenguas, en Zona Docs extendemos la preocupación por la preservación de los pueblos indígenas y el respeto pleno a todos sus derechos humanos.